Sólo el azar está en el origen de toda novedad, en torno a esta contundente y seductora afirmación Jacques Monod, Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1965, desarrolla uno de los argumentos centrales de su ensayo El azar y la necesidad, en el que aborda una explicación de los procesos evolutivos de los seres vivos en términos de invariancia y perturbación.
Monod describe como en los mecanismos de replicación y traducción del código genético se pueden producir perturbaciones, alteraciones accidentales que resultan insignificantes en un orden microscópico pero cuya acumulación en el seno de un sistema macroscópico da lugar a modificaciones apreciables. Estos mecanismos serían la única fuente posible de los cambios en el texto genético y éste es el único depositario de las estructuras hereditarias, por ello sólo el azar aparece como origen de toda novedad en la biosfera. Para Monod este tipo de azar debe ser considerado como esencial y se caracteriza por la incidencia de un hecho accidental en el que encuentran dos series de acontecimientos totalmente independientes entre sí. Estos acontecimientos que suponen una modificación en el código son esencialmente imprevisibles.
De la intensa colaboración entre artista brasileño Athos Bulçao y el arquitecto Oscar Niemeyer, en las obras que este último realizó en Brasilia entre los años cincuenta y sesenta, surge un método de trabajo caracterizado por un preciso equilibrio entre el azar y la necesidad. Inmerso en el acelerado ritmo de ejecución que requería la construcción de Brasilia, Bulçao investigó sobre las posibilidades creativas que ofrecía la utilización de elementos modulares industrializables y su repetición mediante series combinatorias o directamente de forma aleatoria. Siguiendo esta metodología de trabajo realizó obras como los paneles cerámicos del Congreso Nacional en 1958, los relieves de hormigón de la fachada del Teatro Nacional en 1958 o las celosías y particiones de madera del Palacio de Itamaraty en 1967.
En los paneles cerámicos el módulo suele ser un azulejo esmaltado en blanco de 15×15 o de 20×20 centímetros, sobre el que se grafía una figura geométrica de un color intenso: azul, rojo, naranja, situada en una posición excéntrica y en contacto con alguno de los bordes. La composición se basa en un principio tan sencillo como el giro de la pieza 90º lo que le permite colocar la figura de color en cuatro posiciones diferentes respecto a la trama. El conjunto se organiza mediante la repetición de unidades mayores formada por un número concreto de estos módulos 4, 6 o 9, o por la disposición de cada elemento singular de forma aleatoria, aunque en algunos casos utiliza una combinación de ambos sistemas. El efecto resultante es el de una inesperada agrupación de partículas de color que vibran suspendidas en el vacío. Este es el caso del revestimiento cerámico que Bulçao propuso para los apartamentos de la Plaça Liberdade que Niemeyer proyecta en Belo Horizonte entre 1954 y 1960, donde un cuadrado de color azul cobalto, ocupa dos tercios del azulejo blanco y queda centrada junto a uno de sus bordes. Los cuadrados azules flotan independientes tras las horizontales láminas del hormigón del cerramiento en una magistral lección sobre el peso y la levedad.
Artículo publicado completo en: Arquitecturas Cerámicas 2009. Editorial: UPV, 2009. ISBN: 978-84-8363-535-3 Pp.62-85.
Only chance is at the origin of every novelty, around this compelling and seductive statement Jacques Monod Medicine and Physiology Novel Prize in 1956, develops one of the central arguments of his essay Chance and necessity, which deals with an explanation to the evolutionary processes of living things in terms of invariance and disturbance.
Monod describes how in mechanisms of replication and genetic code translation can be produced disturbances, accidental alterations that are insignificant in a microscopic order but their accumulation in the heart of a macroscopic system results in significant changes. These mechanisms would be the unique possible source of the changes made in the genetic text and this is the sole repository of hereditary structures, this means that only chance appears as the source of every novelty in the biosphere. To Monod this type of chance should be considerate as essential and is characterised by the incidence of an accidental fact on which two series of events totally independent from each other. These events involving a modification of the code are in essence unpredictable.
From the intense collaboration between the Brazilian artist Athos Bulçao and Oscar Niemeyer in the works that the latter held in Brasilia during the 50’s and 60’s, arises a working method characterised by the precise balance between chance and necessity. Immersed in the accelerated pace of implementation which required the construction of Brasilia, Bulçao investigated the creative possibilities offered by the use of modular industrialised elements and its repetition by combinatorial or random series. Following this work methodology he performed works such as ceramic panels of the National Congress in 1958, The National Theatre’s façade concrete reliefs in 1958 or the trellises and wooden partitions of the Itamaraty Palace in 1967.
In the ceramic panels the module is a 15×15 or 20×20 centimetres white glazed tile, on which is drawn a geometric figure in intense colour: blue, red, orange, located on an eccentric position in contact with one of its borders. The composition based on a simple principle such as the 90º rotation of the work piece which allows us to place the colour figure in four different positions in the plot. The set is organised by repeating larger units made by a specific number of these modules 4, 6 or 9, or by the arrangement of each singular element at random, although in some cases uses a combination of both systems. The resulting effect is the unexpected grouping of coloured particles that vibrates suspended in vacuum. This is the case of the ceramic that Bulçao proposed for the apartments at Plaça Liberdade which Oscar Niemeyer projects at Belo Horizonte between 1954 and 1960, where a cobalt blue square occupies two thirds of the white tile and which it is centred in one of its borders. The blue squares float independent through the enclosure’s horizontal concrete plates in a magisterial lesson on weight and lightness
Full article published: Arquitecturas Cerámicas 2009. Editorial: UPV, 2009. ISBN: 978-84-8363-535-3 Pp.62-85.